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Una historia
cada día, un cuento
cada semana
Alhaurín de la Torre, Málaga, Andalucía, sábado 1 de
noviembre de 2003
LA PEQUEÑA ESPAÑA - la historia de una afición -
La mujer recuerda muy bien, como si fuera ayer: era el verano de 1986 cuando ella escuchaba, por primera vez, una canción interpretada por Julio Iglesias. Sus canciones, desprendidas del viento, del olvido, de la pólvora del camino, de la luz de las estrellas han despertado en su corazón el deseo de traducir el texto de sus canciones.
Pero antes de Julio Iglesias, antes de que la mujer viera la luz de este mundo su padre bailaba con su madre según las melodias del grupo “Los paraguayos”. En los años sesenta, 3 años antes de su nacimiento, sus padres bailaban cha, cha, cha, y rumba. El frenesí de la música latino-americana venía a Rumanía a través de la música de los mejicanos y de los cubanos. Y no venía sola. Venía acompañada por su majestad el castellano. Sus padres no tuvieron nunca el deseo de aprender esta maravillosa lengua, pero le dejaron, en cambio, como herencia, el amor por estos ritmos.
Han desempeñado un papel importante en la vida de la mujer las canciones cantadas por Plácido Domingo: “Granada” y “Lolita”, la opera “Carmen” de Jorge Biset y “Bolero” de Ravel. Se sentía maravillosamente cuando escuchaba esta música. Le venía saltar del sillón de la sala de espectáculos y bailar. Era algo tan diferente de todo lo rumano. Tan diferente de la música que se oye en la iglesia ortodoxa, tan diferente de la música clásica rumana, de la música ligera rumana. Tanta alegría, tanta gana de vivir, tanto sol resplandecía a través de esta música en un país donde el invierno dura casi 6 meses al año y donde la gente lleva abrigo y botas hasta al final de Abril.
Y la semilla fue arrojada: En Octubre de 1987 se inscribía en la Universidad Popular de Bucarest, en el curso de tres años para aprender el castellano. Le parecía difícil, pero le gustaba.
Hay cosas que las han impresionado mucho. Por ejemplo, la demolición del Teatro de Opereta de Bucarest durante la época de Ceauşescu, en 1979. Hoy día nuestro personaje no puede asistir a un espectáculo de opereta sin recordar la demolición de aquel bonito edificio donde iba con su madre para disfrutar de los espectáculos de música y baile, de las operetas de Franz Lehar y de Johann Strauss. Su generación ha guardado en su alma aquella época. Aunque el mundo de Rumanía ha cambiado después de los acontecimientos del final de diciembre de 1989 y continua cambiando, sin embargo, las heridas se cierran con dificultad o sólo a la superficie y las mentalidades casi no se han cambiado.
Después de casi 50 años de vivir bajo el terror, de trabajar sólo para el estado con la ilusión de tener trabajo estable, aunque mal pagado, es difícil para uno vivir en libertad. Después de una alegría de 2 años, después de los acontecimientos del final de diciembre de 1989, uno no ha sabido qué hacer con la libertad. Otro no ha sabido dónde iba, cómo actuar, cómo relacionarse con la gente. Es como se le huyera la tierra debajo de sus pies, como un terremoto. Antes, la mayoría de la gente estaba unida por un sentimiento único: el odio contra el dictador, contra la dictadura. Después de los acontecimientos del final de diciembre de 1989 el mundo de la gente que vivía en este espacio geográfico llamado Rumanía se ha quebrado como se quiebra un florero de vidrio vacio cuando cae de un armario alto: en mil pedazos. En mil odios, en mil rencores, en mil vacios, en mil inquietudes, en mil incertidumbres; en mil temores se ha quebrado el mundo para esta gente.
La música de Julio Iglesias tuvo para ella, por aquel entonces, el mismo encanto que le da ahora la música de Thalía, de Ricky Martin, de Enrique Iglesias, de Luis Miguel o de Natalia Oreiro. Era una generación que aprendía el castellano sólo para traducir las canciones de Julio Iglesias y de Perret. Algunos de ellos se perdieron en el camino, no han sabido esperar el momento adecuado, el momento oportuno para disfrutar de los resultados de su trabajo, de su aprendizaje. Otros, como nuestro personaje, por ejemplo, continuaron a desarrollar y a luchar por su afición, por su ideal. (Ahora ella piensa en empezar de nuevo las clases de baile deportivo - cha, cha, cha, samba, salsa - para estar más cerca de este mundo. Desafortunadamente no hay en Bucarest un lugar donde alguien pueda aprender a bailar flamenco u otro baile de España. Si existiera, la mujer se inscribiría en un día).
En febrero de 1989, durante la dictadura comunista, la mujer se hallaba en el despacho del jefe de personal de la empresa donde trabajaba por aquel entonces, sosteniendo con gritos su derecho de obtener la aprobación para seguir los cursos de guías turísticos. Por aquel entonces, para seguir aquellos cursos, para practicar los idiomas extranjeros como guía y para trabajar con los extranjeros era necesario que uno obtuviera la aprobación del partido único, partido comunista), enfrentando el riesgo no sólo de perder su trabajo, sino de estar presa por motivos políticos.
Una vez obtenida la dicha aprobación ella siguió los cursos de guías. Aquellos cursos eran, durante el año 1989, muy diferente, en el sentido negativo, de lo que son ahora.
¿Por qué guía turística? Porque, además del hecho de que le gustaba la historia y la geografía del mundo y trabajar con la gente, la única manera de tener contacto vivo con la gente de España era tener grupos de turistas españoles en Rumanía.
Probablemente quien lea este relato se va a preguntar, cómo el autor mismo se pregunta a veces, de dónde viene tanto amor para España, de donde tanto amor para el mundo hispanico. ¿Sólo del ritmo? No. Viene de la historia del pueblo rumano. De una historia grande y encantadora. Viene del Trajano. ¿Cuál Trajano? Trajano, el antecesor de los rumanos. Trajano, el romano que nació en Sevilla, llegó general y emperador del Imperio Romano y conquistó la Antigua Dacia durante dos guerras: 101-102 y 105-106 d.c.
No es la intención del autor de contar la historia de Rumanía o de comparar la historia de Rumanía con la historia de España en este relato. Sólo quiere subrayar el hecho de que el amor del personaje de este relato no es una excepción, no es una simple conyuntura, sino tiene raices hondas en la historia del pueblo rumano. Para los rumanos de hoy España es como era Alaska en el siglo diecinueve para los emigrantes ingleses y alemanes: “El Dorado”.
Acercándonos a nuestros días, precisamente a la Edad Media rumana, en la primera lección de geografía, en el primer manual de geografía e historia, manual escrito durante el año 1530 para la primera escuela con enseñanza en lengua rumana de la ciudad de Braşov, provincia rumana de Transilvania, se trataba sobre España. Sí, la primera lección de geografía fue una lección sobre España. Y eso en elaño 1530, en la primera escuela de Transilvania con enseñanza en lengua rumana.
Pero, ¿qué ha pasado con la afición del personaje de este relato después de 1990? ¿Dónde la han llevado sus caminos? Después de 1990, en la fiebre de la libertad, la mujer continuó su camino, con pequeños interrupciones: obtuvo “El diploma básico” del Instituto Cervantes, cambió su lugar de trabajo. En un determinado momento ella tenía dos puestos de trabajo. Ahorraba dinero, año tras año para hacer un viaje a España, para viajar sola, no acompañada por algún grupo de rumanos. Al mismo tiempo, por los fines de semana, estaba buscando su camino espíritual. Estaba buscando su camino espiritual después de tantos años en que la fe había sido prohibida.
Para que los que van a leer este relato tengan una imagen completa sobre el período de la dictadura les voy a contar el hecho de que una persona, hombre o mujer que frecuentaba la iglesia durante aquella época estaba perseguida por la policía secreta. Tener fe, ir a la iglesia, era considerado un delito. La iglesia no era prohibida directamente, como en la ex-Unión-Soviética, donde durante la dictadura de Stalin, el Partido Comunista había transformado las iglesias en museos y en empresas. En Rumanía la iglesia ortodoxa era tolerada. Existía, pero algunos de los sacerdotes tenían “la misión” de quebrar el secreto de la confesión frente a la policía secreta. Se conocen casos en lo que el creyente que se confesaba un viernes, era levantado de su cama al día siguiente y encarcelado por “motivos políticos”. En el mejor caso uno podía escapar con difíciles años de prisión. Otros fueron llevados a trabajar al Canal Danubio-Mar Negro. Pocos se han salvado. Así fueron matados, durante la dictadura, gran parte de los políticos de Rumanía y de los intelectuales, que se han opuesto al régimen comunista. Los afortunados, como el historiador rumano Neagu Djuvara, jóven todavía a sus 86 años de edad, historiador totalmente desconocido en España, pero famoso en Francia, Alemania y Gran Bretania, y otros que tuvieron la intuición, la presencia de espíritu y recursos económicos, huyeron al Occidente antes de 1946. Huyeron a Francia, a los Estados Unidos, a Gran Bretania o a Alemania. El Príncipe Nicolas, el quinto hijo de la Reina María, la esposa del rey Ferdinand de Rumanía, el segundo rey de Rumanía (rey bajo el cual se realizó el estado moderno rumano en primer de Diciembre de 1918 cuando se unieron en un sólo estado las provincias de Valaquia, Transilvania, Banat, Moldavia, Basarabia, y Bucovina) se refugió a España en 1937. El Príncipe Nicolas murió en Barcelona en 1977 a los 78 años de edad.
En la ebullición espiritual de los años noventa, en el mercado rumano de los libros han aparecido libros de los que antes uno ni siquiera había oido, libros como: “Los tres cuerpos” de Janine Fontaine, “El Universo de Edgar Cayce”, de D. de Bizemont, “El poder extraordinario de tu inconsciente” de Joseph Murphy, “La cura del árbol genealógico” de Dr.Keneth McAll, “Los recuerdos del alma” de Carlos Warter, “Conversaciones con Dios” del escritor norte-americano Neale Donald Walsch y muchos otros.
La mujer cuyo camino cuenta esta historia leía libro tras libro. Trataba de encontrar su camino hacia Dios através de estos libros. Frecuentaba, también, la iglesia ortodoxa. A un determinado momento frecuentó cursos de control mental, de ciencias orientales como qi-gong, disciplina que acababa de llegar de China a Rumanía. Deseaba descubrirse a sí misma en la realidad contemporánea de Rumanía, através de la humanidad. Deseaba descubrir la reacción de su cuerpo frente a varios tipos de gimnasia: la gimnasia china, aeróbica, la gimnasia de entretenimiento.
Durante la primavera de 2001 siguió clases de baile latino-americano. Le ha gustado muchísimo. Muchísimo. Se sentía bien, era alegre.
Pero, ningún curso le ha proporcionado tanta confianza, tanta paz y tanta energia como participar en la misa en castellano de la Catedral Católica San José de Bucarest. Ninguno.
Pero, hasta la misa en castellano, hasta la creación de “La Pequeña España” de su corazón tenía que caminar más.
En otoño de 2001 se inscribió de nuevo a la escuela de guías turísticos organizados por el Ministerio de Turismo de Rumanía, categoría “guías nacionales”, categoría que permite actuar como guía para los españoles que vienen a Rumanía y para los rumanos que viajan al extranjero. Obtuvo el nuevo atestado de guía turístico al final de Mayo de 2002. Se presentó en una agencia de turismo con la meta de trabajar como guía, durante sus vacaciones legales, vacaciones que, en Rumanía, son 24 días laborables. Los de la agencia la han aceptado y en agosto de 2002 la mujer ha tenido su primer grupo de turistas españoles. Pero, antes de aquel viaje en su cualidad de guía turística ella viajó, como turista, en Julio 2002, en España, el la provincia de Cataluña.
Había logrado ahorrar el dinero para el billete de avión pero necesitaba la invitación. Ha tenido mucha suerte. Tenía una vecina que había estado en España por medio de la iglesia católica. Aquella vecina le ha puesto en contacto con una familia de una ciudad de los alrededores de Barcelona: San Cugat del Valles. Aquella familia le ha mandado la invitación y le ha hospedado durante su estancia de once días en España.
No he dicho nada hasta ahora sobre el aspecto físico de nuestro personaje porque no me parecía importante. Ahora es importante para el resto de la historia. Bueno, ella no es ni alta, ni baja, ni hermosa, ni fea. Tampoco es común. Las luces de sus ojos grandes, castaños, se destacan de una cara mas redonda que ovalada. Tiene pestañas grises, que casi no se ven, nariz romana, labios gruesas con una sonrisa maliciosa que parecen decir : « Vez como soy: parezco frágil, pero en realidad soy fuerte, soy muy fuerte ». Su cutiz es como la cutiz de las rubias: rosaceo. El pelo rubio natural, corto, cubre sus orejas. Cuando se broncea, su cuerpo se vuelve como el bronce, rojizo, su cara, como la piel del melocotón. No parece de 40 años de edad. Lo he mirado varias veces. No tiene ninguna arruga. El tiempo parece que se ha detenido para ella a la edad de 30. Ella habla, además del castellano, el inglés. Y lo habla bastante bien, con acento. Ahora, después del horario de la oficina, aprende el italiano. A la lengua italiana ha llegado, también, debido a su deseo a regresar a España. Al principio de febrero este año se inscribió al curso intensivo de italiano del Instituto de Cultura Italiana porque querría trabajar a un barco de crucero como « board-assistant ». Después, ella halló que, para ser empleada un barco de crucero, debía tener 30 años. Soñaba regresar a España por mar. Ella no escribe poemas en inglés. Me dice que prefiere escribir poemas en castellano, su lengua preferida. No está casada y no tiene hijos. Ni concibe tener hijos sin tener, en primer lugar, esposo, sin tener su propria familia en una ciudad del sur de España, puerto al Mediterráneo en España, o mejor, en las Islas Canarias. La mujer, mi amiga, vive con su madre en un barrio bastante alejado del centro de la capital, barrio con muchos árboles, con muchas flores, con un parque grande y un lago, barrio llamadp “Lago Blanco”. En las ondas del Lago Blanco ella aprendió a remar cuando tenía doce años de edad. Su padre se murió cuando ella tenía 9 años.
¿Cómo le ha parecido España? ¿Cómo fue su primer viaje a Barcelona? Bueno, teniendo en cuenta su manera de ser, y el hecho de que fue su primer viaje a España y el único hasta en el momento en que yo escribo este relato sobre ella, fue maravilloso. Todo era nuevo para ella. Todo. Le gustaba pasear y mirar a la gente. Le gustaba cuando, debido a su aspecto físico, estaba confundida con una noruega o con una alemana. Los hombres lo miraban como si fuera de otro planeta. ¿Ha tenido éxito? Ni ella sabe. Como es muy interiorizada y tiene pocas amigas en Bucarest ella no se ha dado cuenta. Ha disfrutado cada momento de su viaje. Ha hecho 3 carretes de fotografías. Visitó, también, el Monasterio de Montserrat. A un determinado momento se perdió en las calles de Barcelona, pero ha encontrado con facilidad el camino para regresar al lugar de su alojamiento. Se sentía como si perteneciera a España pero, al mismo tiempo, diferente. Diferente debido a su aspecto físico. Hablaba con la gente de la calle, trababa amistades con las vendedoras de los supermercados. En una palabra ha disfrutado plenamente de todos los lugares que haya visitado. Hizo 2 pequeños cruceros en “La alondra”, el barco turístico del puerto de Barcelona. Cuando regresó se sintió muy infeliz. Hasta lloró en el aeropuerto. Lloró y abrazó a los dos policías de la frontera. Ellos no podían creer cómo una turista rubia, hablaba con facilidad el castellano, lloraba y los abrazaba diciéndoles que va a regresar, que España es el lugar donde se siente en su casa, que sólo en España va a poder encontrar su verdadero amor, su verdadera familia, sólo en España.
Para que Ustedes tengan una imagen completa del comportamiento del aeropuerto de esta mujer, voy a decir que su viaje a España no fue su primer viaje al extranjero. Ella había viajado antes en Alemania, cuando tenía 14 años de edad, en Noruega, en 1995, y en Grecia, en 1997. En ninguno de estos 3 paises se sintió como se sintió durante su viaje a España. En ninguno.
En agosto de 2002 ella ha tenido, como guía, su primer grupo de turistas españoles. Le ha gustado muchísimo. Fueron 18 personas entre los cuales 4 sacerdotes católicos. Fue un circuito de 9 días en Rumanía. Fue entonces cuando escuchó, por primera vez, la misa en castellano. Lloró durante la misa. Su corazón se abría más al mundo católico, mundo que quería volver a ser, desde aquel entonces, de su “Pequeña España”. Después de que aquel grupo ha regresado a España, ella no ha tenido más grupos de turistas españoles. Al final de la temporada no vinieron más otros grupos. Ella se sentía cada vez más sola, sin ser entendida por los rumanos. En Noviembre 2002 descubrió la misa en castellano de la Catedral Católica San José de Bucarest.
Al principio de Abril este año ella tuvo un sueño maravilloso: soñaba que siendo de noche, paseaba por una calle con casas, dice ella, exóticas. En su sueño ella vio un hombre alto, muy moreno, atletico, muy distinguido, entre 40 y 45 años de edad, frente a una casa. Aquel hombre abrió la puerta de su casa y encendió la luz. Ella entró tras el. El hombre deseaba regalarle algo de vestir para que ella la llevara en la casa. Por eso, insistió mucho. En su sueño ella recibía gozando el regalo de aquel hombre, un vestido rosado, como si fuera un traje de luces.
Ella me ha dicho que se ha despertado de su sueño muy feliz y muy tranquila, con el sentimiento que va a encontrar a su media naranja en su próximo viaje a España y en Las Islas Canarias. Sólo he podido decirle, mientras le acariciaba su pelo dorado: “Ralu, mi princesa, - porque así les gusta a ella que alguien la llamé, según el nombre de la principesa rumana que vivió en el siglo XIX – ¡sigue ir a la misa en castellano, sigue rezando al Dios y vas a ver, Dios te va a ayudar y se va a producir el milagro y vas a recibir como regalo el viaje por mar a España y en Las Islas Canarias y lo vas a encontrar a él, a tu futuro esposo! » Esto le dijo yo a mi mejor amiga.*
Esta historia no se termina aqui. Ella continua. Mi mejor amiga, Ralu, sigue luchando para cumplir sus sueños.
Al principio de Julio 2003 la mujer fue contactada por otra agencia de turismo para ser preguntada si desea reemplazar una señora, representante de aquella agencia en la Costa Brava. Aquella señora, que no sabía ni pizca español y sólo hablaba ingles y rumano, debía regresar en Bucarest por “asuntos familiares”. El viaje de mi amiga no se realizó debido a los motivos que ya se suponían: “corrupción en el turismo”.
Sin embargo, ella continuó su lucha. Teniendo en su memoria los buenos recuerdos del grupo de turistas españoles del año anterior, al primer día de Agosto 2003 se fue para un día a Braşov, a casi 170 kilometros de distancia de Bucarest, con un monton de curriculum-vitae en la mano para dejarlos en las agencias de viajes en el caso de que un turista español la habría contactado para hacer una vuelta de la ciudad y de las cercanías. A todas partes ha encontrado puertas cerradas y gente con la misma mentalidad de antes de 1989.
A 7 de Agosto 2003 ha mandado un fax a una cadena de televisión privada de Rumanía, fax teniendo como título: “Braşov – ciudad muerta desde el punto de vista económico”. En el fax ella escribía en un estilo incisivo todo lo que le había pasado a ella en Braşov. A doce de Agosto de 2003 la cadena privada de televisión donde ella había mandado su fax hizo un reportaje sobre el turismo en Braşov. A pesar de todo lo que le había occurrido a ella desde cuando el grupo de turistas del año pasado se marchó en España ella sigue siendo optimista. Me ha dicho que la experiencia de Braşov le ha traído más confianza en si misma. Ella cree que su verdadera vocación no es “ser guía turistica” sino estudiar periódismo en España, escribir, y publicar en el país que tanto ama, en España, en la lengua que ella nombra con orgullo “su majestad el castellano”. Y ha descubrido esto después de que aquella cadena privada de televisión ha hecho el reportaje teninendo como base su fax. Me ha dicho, también, que, durante su viaje a Braşov, se ha sentido muy protegida por la energia del hombre que ella había soñado este año, al principio de Abril.
Hace algunos días la he preguntado como va a actuar en el futuro. Me ha contestado con una sonrisa casi perceptible en los labios: “No sé. Dios me va a mostrar el camino paso a paso, día trás día. Llevaré a la practica mi refrán rumano preferido: “DIOS TE DA, PERO NO TE LO PONE EN TU SACO”.
Desde Bucarest, Rumanía
“El Guía”
Post Scriptum:La desenmascaración.
El autor es una autora. La autora ha escrito sobre su propria vida en este relato corto. He escogido un seudónimo masculino porque le gustan los juegos mentales, los juegos de situaciones. Cuando ella ha escrito el relato tenía en su mente un escenario. Pero la vida le ha negado la oportunidad de “jugar” en su proprio escenario. En otras palabras: el escenario esta hecho ya por Dios. Las motivaciónes siguen siendo validas.
Para caracterizarla mejor debo escribir sobre que significa “El Guía” para ella. El Guía puede todo siempre. El Guía es: “el mejor detectivo”, “el mejor actor”, “el mejor escritor”, “el mejor abogado”, “el mejor diplomatico”, “el mejor descubridor”, “el mejor emprendedor”, “el mejor guerrero”, “el mejor revolucionario”, El Guía es, en una palabra, “EL VENCEDOR”. Esto con “el mejor revolucionario” le ha venido por el sentimiento de culpa que tiene porque no ha participado en los acontecimientos de diciembre de 1989. Entonces ella piensa que “va a revolucionar la humanidad con su sentido del humor”. Cree que las grandes verdades de la vida pueden ser dichas con el sentido del humor.
El Guía es muy calmo porque ella o mejor dicho la parte femenina de ella es muy emotiva, miedosa y algunas veces actua con impulsividad. El Guía es generoso y bueno. Porque ella es muy calculada y algunas veces “tacaña”. El Guía tiene mucha fe. Ella, la parte femenina de ella, tiene muchas veces dudas. “El Guía” lo ama a ella a pesar de todas estas cosas. Lo ama porque todo lo que hace ella lo hace con buenas intenciones sin tener ninguna intención de herrir o de dañar a nadie; por su inocencia; por el hecho de que esta muy abierta y muy cálida, con el corazón en la mano. Ahora su verdadero nombre es Raluca Ioana Agăşanu, e-mail: ragasanu@yahoo.com. Ella esta esperando e-mails de todos los leyentes. Su móvil es: 0040721/44.37.42. Y si alguna persona le va a pedir la dirección de Bucarest ella se la va a dar.
He montado por una pelota
Y les he dicho esta historia toda.
He puesto todo mi corazón
Para ser encontrada por mi verdadero amor.
Les he dicho esta historia con simpatia
Para tener mi propria familia.
Les he dicho esta historia con sabiduría
Para mejorar las relaciones entre España y Rumanía.
Para demostrarle que tengo talento.
He escrito estos versos durante mis vacaciones
Para cambiar mis profesiones.
Desde Bucarest, Rumanía, “El Guía”.
Todos los derechos pertenecen a ella, a la autora de este relato corto, a Raluca Ioana Agăşanu, de Bucarest, Rumanía, cuyo seudónimo literario es “El Guía”.
Cuentos
Globales primera etapa
Cuentos de las hijas de Afrodita
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